La fuerza impulsora detrás de los esfuerzos de Alex a lo largo del Desafío de 90 días, fue su determinación de cambiar realmente. Durante los últimos años, intentó cambiar sus hábitos de estilo de vida poco saludables, varias veces sólo para regresar a las mismas máquinas expendedoras, comida rápida, bebidas energéticas y dormir en exceso. Cada intento lo llevó a la sensación de que nunca sería capaz de superar sus malos hábitos.
En un intento por sacarlo de este estado y controlar su presión arterial, su padre se le acercó con la oportunidad de unirse al Desafío de 90 Días de Vida Saludable.
"Si realmente voy a participar, voy a darle con todo", dijo Alex. Compró una nueva lonchera y un programa de entrenamiento, y arrancó a toda velocidad.
En lugar de centrarse en las siestas y la comida chatarra, se enfocó en dónde quería estar en 90 días. Los primeros entrenamientos fueron muy mínimos. Dijo: "Apenas podía caminar una milla en 20 minutos. ¡Pero lo hice de todos modos!"
Cuatro semanas después, su presión arterial bajó hasta el punto de no necesitar medicación. Los dolores de cabeza cotidianos habían desaparecido y la gente comenzó a notar cambios físicos. En ese momento, su familia inmediata se motivó por su progreso constante. Pronto, estaban cocinando cenas saludables y preparando juntos sus alimentos.
A medida que se acercaba a sus últimas cuatro semanas, hizo borrón y cuenta nueva y se desafió aún más, al aprender a contar macronutrientes y cambiar su estilo de entrenamiento. Su caminata de 20 minutos se convirtió en una carrera de 8:26. ¡bajó 34,7 libras, perdiendo 7,5 pulgadas sólo de barriga! Pero dice que el mayor cambio es el orgullo y la confianza que siente en sí mismo.
¡Felicidades, Alex! ¡Mantén ese estilo de vida saludable!